jueves, 6 de agosto de 2009

Red Couch, Black Dress

Otro sueño. En el, estoy sentado en un sofá rojo, en una habitación vacía, totalmente vacía. Una mujer se acerca, lleva un ceñido vestido negro. Parece oriental el vestido; la mujer también. Se detiene frente a mí y dice – Te puedo dar un beso, pero te va a costar-

-¿Y cuanto me va a costar?- Le respondo. Ella me susurra el precio al oído. La miro y le digo que por ese precio también podría agregar un abrazo. La chica oriental asiente con la cabeza. Acepto el trato. La misteriosa dama se inclina hacia mí, me abraza suavemente y me da un dulce beso, el más dulce que creo haber recibido en toda mi existencia. Pasado el trance, ella se incorpora y abre su cartera, ¿mencioné antes la cartera? No importa, las mujeres siempre llevan una cartera.

Entonces, la dama del dulce beso abre su cartera, saca una pistola y me pega un tiro en la cabeza. Un chorro de sangre y recuerdos salen expelidos. Antes de apretar el gatillo dice algo que no alcanzo a escuchar bien, no sé que me dice. Me gustaría saberlo.



2 comentarios: