miércoles, 30 de junio de 2010

Escenas Familiares/ Capítulo 1. Desayuno

Un padre de familia está sentado a la mesa con su pequeño hijo. Ambos toman desayuno frente a frente. El padre tiene puesto el terno gris que lucirá durante el día en la oficina, la camisa es blanca y la corbata azul con cuadritos. El hijo tiene seis años. El padre observa con impaciencia a su hijo a la vez que bebe rápidamente su café. -Termina rápido el cereal que vamos a llegar tarde – Le dice a su primogénito. El niño se toma su tiempo y disfruta el sabor de las hojuelas con sabor a chocolate y canela combinadas con leche; para él no hay prisa. De pronto, levanta la vista y fija su atención en un punto por encima de su progenitor. Éste se lo queda mirando. -¿Qué te pasa?, ¿Tengo algo en la cara?- dice el padre.

- Papi, detrás tuyo hay un señor parado. Creo que es un fantasma.

El padre sonríe y le da un último sorbo a su café. - ¿Ah sí? ¿Y cómo es él? -

- Es como de tu tamaño, lleva un terno como el tuyo y tiene una mirada ausente. -

- ¿Una mirada ausente? Ya. Pues salúdalo de mi parte - Agrega el padre en tono burlón.

El pequeño levanta el brazo y mueve su mano ligeramente. – Creo que no quiere hablar conmigo, si no contigo -. El hijo vuelve su mirada hacia los ojos del padre, tiene un gesto sereno, demasiado sereno. El rostro del padre cambia de expresión, la sonrisa se ha esfumado dando paso a una sutil mueca de miedo. El sosiego de los ojos de su vástago contrasta con la turbación que él empieza a sentir en ese momento. – Papi, ¿no vas a voltear? ¿No me digas que tienes miedo? – El padre no sabe que contestar. Un ligero frió recorre su espalda al mismo tiempo que una gota de sudor baja por su mejilla. El hijo ahora sonríe.