lunes, 14 de diciembre de 2009

Detectives Gélidos

Olivera y Gamarra contemplan el cadáver, llevan buen rato sin decir una palabra. El neón de un aviso publicitario ilumina la escena del crimen. Un cuerpo, un gran charco de sangre en una sucia calle. Ambos parecen examinar al occiso, pero no, en realidad los agentes están pensando en cualquier cosa. ¿Por qué se demoran los forenses?, Olivera rompe el mutismo. Ni idea, deben estar atascados en el tráfico, contesta Gamarra. Dicho esto vuelven al silencio. El murmullo de unos cuantos curiosos es advertido por Olivera, ¿Por qué la gente siempre se empeña en querer mirar a los muertos? ¡Qué fastidio! Gamarra saca un cigarrillo, lo enciende, aspira y lanza una bocanada de humo; se agacha. Entiéndelos, sienten curiosidad por ver como lucirán cuando les llegue la hora, dice mientras fuma. Olivera hace un gesto a los demás policías para que boten a los transeúntes. Yo no voy a terminar así. Ni cagando, exclama Olivera. Todos vamos a terminar así compañero. En una sucia calle, en la sala de nuestra casa, en el más distinguido de los restaurantes, en los trajinados pasillos de un burdel, en las graderías de un circo; todos alcanzados por una veloz ráfaga de balas. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo?, Gamarra lanza otra bocanada de humo. ¿Qué?, pregunta Olivera con desgano. Que no nos vamos a enterar, contesta Gamarra. Ya, dice Olivera y avanza unos pasos; pisa un charco de sangre. ¡Mierda! Me ensucié de nuevo. Gamarra sale del trance en el que estaba y mira a su compañero. Siempre hay que ensuciarse en este oficio. Solo los divos pueden bailar sobre un charco de sangre sin salpicarse, y para llegar a eso, nos falta mucho. El policía da una última pitada y lanza el cigarrillo con los dedos. ¿Mucho? ¿Muchos cadáveres?, pregunta Olivera. Los agentes quedan mirándose. Hace frío esta noche, dice Gamarra frotándose las manos. Yo tengo hambre, contesta Olivera. Yo también, vamos por un caldo caliente, Gamarra se pone en pie. Buena idea compañero, aprueba Olivera. Los agentes dan media vuelta y se marchan del lugar, en el camino se topan con los forenses que van llegando.

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